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Plugmetal Magazine

Heavy Metal is Life

📑Ozzy Osbourne: La vida loca y el último grito del Príncipe de las Tinieblas.

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En la mañana del 23 de julio de 2025, el heavy metal despertó de luto: Ozzy Osbourne, la voz que definió la oscuridad y la rebeldía del género, se despidió del mundo a los 76 años, en la tarde de ayer, martes 22. Pero su legado —tan indestructible como los riffs que lo acompañaron— resuena mucho más allá de su muerte. Esta es una travesía por su trayectoria extraordinaria, culminando en el momento final en que se reunió, por última vez, con Black Sabbath.

Créditos: Flyer realizado por Plugmetal Magazine utilizando IA.

John Michael Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948, en Aston, un suburbio industrial de Birmingham, Inglaterra. Proveniente de una familia obrera, llevaba la marca de la clase trabajadora inglesa —una huella que se convertiría en parte del alma oscura y pesada que él y sus compañeros moldearían juntos.

Después de varios trabajos manuales y algunos delitos juveniles, Ozzy encontró su vocación en la música. En 1968, junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, formó una banda inicialmente llamada Earth. No pasó mucho tiempo hasta que cambiaron el nombre a Black Sabbath, inspirado en una película de terror. Así crearon algo completamente nuevo: un sonido más lento, más pesado, una especie de blues distorsionado y sombrío que nadie había escuchado antes.

Con el lanzamiento del álbum “Black Sabbath” (1970) y poco después “Paranoid”, la banda abrió las puertas de un nuevo universo musical. Iron Man, War Pigs y Paranoid se convirtieron en himnos instantáneos de una generación marcada por la Guerra Fría, las incertidumbres sociales y una necesidad urgente de transgresión.

La presencia de Ozzy era magnética: no tenía la técnica de otros vocalistas de la época, pero poseía una voz única, cargada de angustia, teatralidad y un carisma caótico que hipnotizaba multitudes.

El éxito trajo también el caos. Drogas, alcohol, peleas y excentricidades se volvieron rutina. En 1979, Ozzy fue despedido de Black Sabbath, hundido en sus adicciones. Pero su historia estaba lejos de terminar. Sharon Arden, hija del mánager de la banda, se convirtió no solo en su esposa, sino también en su mentora implacable. Sharon lo rescató —literalmente— de una espiral de autodestrucción y lo devolvió al escenario.

En 1980, Ozzy lanzó “Blizzard of Ozz”, con el prodigio Randy Rhoads en la guitarra. El álbum trajo clásicos como Crazy Train y Mr. Crowley, consolidando a Ozzy como un fenómeno solista. La sociedad con Rhoads se vio trágicamente interrumpida cuando el guitarrista murió en un accidente aéreo en 1982, una herida que Ozzy cargaría para siempre.

Entre escándalos —como cuando mordió la cabeza de un murciélago en vivo en 1982— y éxitos, Ozzy atravesó las décadas reinventándose. En los años 2000, se convirtió en una figura pop inesperada con el reality “The Osbournes”, que mostraba su caótico día a día junto a Sharon y sus hijos, Jack y Kelly. El programa lo presentó a una nueva generación y consolidó su imagen como una leyenda viva —y, al mismo tiempo, un antihéroe cómico y humano.

En los últimos años, Ozzy enfrentó serios problemas de salud: una neumonía grave, cirugías en la columna, Parkinson y caídas que lo obligaron a cancelar giras. Pero su obsesión por volver a los escenarios mantuvo viva la llama de una despedida digna.

En 2022 lanzó “Patient Number 9”, nominado al Grammy, con participaciones de leyendas como Jeff Beck y Eric Clapton, demostrando que, incluso debilitado, Ozzy seguía siendo Ozzy.

A pesar de su frágil salud, Ozzy siempre soñó con una última reunión con Black Sabbath —la banda que lo cambió todo—. Y ese sueño se cumplió en una noche memorable de julio de 2025, en Birmingham, su ciudad natal.

A lo largo de más de cinco décadas, Ozzy construyó una discografía repleta de éxitos que atravesaron generaciones, estilos y fronteras. Desde riffs oscuros hasta estribillos icónicos, cada etapa de su carrera dejó una huella imborrable.

A continuación, recordamos algunos de los mayores clásicos de Ozzy, que siguen vivos en la memoria colectiva de los fans —y trazamos un panorama de cómo moldeó el ADN del metal mundial.

Los himnos eternos del Sabbath:

Cuando Ozzy se unió a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward a finales de los 60, nadie imaginaba que esos jóvenes de Birmingham crearían lo que más tarde se conocería como heavy metal.

Con Black Sabbath, Ozzy fue la voz de álbumes fundamentales que sentaron las bases del género. Algunos himnos:

“Black Sabbath” — La canción homónima del primer disco (1970) aún hoy suena escalofriante: riffs oscuros, atmósfera densa y la voz de Ozzy evocando imágenes casi demoníacas. Es el nacimiento oficial del metal.

“Paranoid” — Uno de los riffs más reconocibles de la historia. Simple, directo y potente, catapultó a la banda a las listas y consolidó al Sabbath como fenómeno global.

“Iron Man” — Con su riff marcial y la voz casi narrativa de Ozzy, se volvió banda sonora de generaciones. Tan icónica que se transformó en referencia cultural incluso en el cine.

“War Pigs” — Un manifiesto contra la guerra de Vietnam que convirtió la furia política en arte pesado, cargado de crítica social —algo poco común en aquella época.

La etapa solista: hits que se volvieron culto

Expulsado del Sabbath en 1979, Ozzy resurgió con fuerza en su carrera solista —gracias, en gran parte, a su alianza con Randy Rhoads, un genio de la guitarra. Con él (y otros grandes guitarristas como Zakk Wylde), Ozzy produjo clásicos imprescindibles en cualquier playlist metalera:

“Crazy Train” — El grito “All aboard!” es una firma inconfundible. Un himno de estadio, inmortalizado por su riff contagioso y la energía de Ozzy.

“Mr. Crowley” — Misticismo, teclados góticos y solos virtuosos de Rhoads. Una obra maestra que muestra el costado más teatral de Ozzy.

“Bark at the Moon” — Clásico de los 80, con un videoclip icónico y una performance llena de energía que dominó la MTV.

“No More Tears” — Con su groove hipnótico, fue uno de sus mayores éxitos comerciales. Aún hoy se canta a todo pulmón en los shows.

“Mama, I’m Coming Home” — Una de las baladas más memorables de su carrera. Demostró que el “Príncipe de las Tinieblas” también podía ser vulnerable —y profundamente emotivo.

Una influencia que moldeó generaciones

La lista de artistas y bandas que admiten haber sido influenciadas por Ozzy es prácticamente infinita. Sin Sabbath, probablemente no existirían Metallica, Slayer o Pantera —y el heavy metal habría tomado un rumbo completamente distinto.

Ozzy inspiró la estética, la actitud y la sonoridad de estilos como:

Thrash Metal: Bandas como Metallica, Megadeth y Anthrax bebieron directamente de la agresividad oscura del Sabbath.

Doom Metal: Grupos como Candlemass y Cathedral exploraron el peso arrastrado nacido en temas como Black Sabbath.

Metalcore y Nu Metal: Incluso nombres como Slipknot, Korn y System of a Down citan a Ozzy y Sabbath como influencias formativas.

Hard Rock y Glam: Desde Mötley Crüe hasta Guns N’ Roses, todos absorbieron el espíritu irreverente y caótico de Ozzy.

Metal moderno: De Ghost a Avenged Sevenfold, su legado sigue vivo —no solo en la música, sino también en la teatralidad, la estética y la actitud sobre el escenario.

Ozzy también redefinió el concepto de frontman: teatral, impredecible, icónico. Su personalidad —entre el genio del rock y el antihéroe torpe— trascendió generaciones, se convirtió en reality show (The Osbournes) y demostró que su figura era más grande que cualquier etiqueta.

El “Madman” fue, al mismo tiempo, un símbolo de autodestrucción y de resiliencia. Vivió escándalos, tragedias personales, enfermedades graves —y siempre volvió, como si fuera imposible borrarlo.

No deja solo una discografía brillante: deja un mapa sonoro que sigue guiando a nuevas bandas. Su voz —entre lo profano y lo encantador— continúa resonando en cada riff pesado, en cada escenario tomado por fans vestidos de negro, en cada joven guitarrista que aprende Iron Man en su habitación.

Ozzy partió, pero su reino jamás será derrocado.
Porque mientras existan guitarras distorsionadas, el Príncipe de las Tinieblas nunca morirá.

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